NO HABRÁ MÁS MIEDOS
Es el monarca del mundo salvaje, pero ese título no lo salvó del miedo. Sabe lo que le viene encima, o quizá solo lo sospecha, y en ese caso la imaginación solo empeorará las cosas. A las personas nos pasa igual: ratas, serpientes, arañas, despedidas, públicos masivos, aviones, hipotecas, exmujeres... Los acechos son innumerables, tan diferentes como vidas existen. Pero llega un día en que ese todo oscuro se vuelve tan recurrente en su abuso de poder que termina por insensibilizarnos. Como con el dolor físico, acaba uno acostumbrándose. Entonces cambia el turno de juego, la iniciativa se va a la otra mano y el león ve el mundo diferente, más luminoso, más alegre y libre. La boca está abierta, preparada para el bocado, después para el zarpazo, porque ha aprendido que puede vencer. Ya lo hizo antes, tantas y tantas otras veces.
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